Un auto demo (o automóvil de demostración) es un vehículo nuevo que una agencia o concesionaria utiliza con fines de exhibición y prueba de manejo. Aunque son técnicamente "nuevos" en el sentido de que no han tenido un dueño registrado, ya han sido conducidos, acumulando kilometraje y experimentando cierto desgaste.

El propósito principal de un auto demo es permitir que los clientes potenciales experimenten el vehículo de primera mano antes de realizar una compra. Esto incluye probar el manejo, familiarizarse con las características y la tecnología, y evaluar su comodidad y desempeño en condiciones reales. Para la agencia, los autos demo son herramientas de marketing y ventas esenciales que ayudan a cerrar tratos al proporcionar una experiencia tangible del producto.

Aquí es donde entra un punto crucial para las agencias: la regla fiscal que impide facturar un auto demo por un valor superior al que marca el libro fiscal (valor contable neto depreciado).

El valor en libros (o valor contable) de un activo es el costo original del activo menos la depreciación acumulada hasta la fecha. Cada año, al aplicar la depreciación, el valor en libros del auto demo disminuye.

La razón por la que la empresa no puede facturar el auto demo por un precio más alto que su valor en libros es para evitar la manipulación fiscal y asegurar una correcta tributación. Si una empresa pudiera vender un activo depreciado por un valor superior a su valor en libros sin implicaciones, podría estar evadiendo impuestos sobre la ganancia real obtenida de esa venta.

En esencia, cuando una agencia i empresa matriz vende un auto demo, debe facturarlo considerando su valor de mercado real, el cual ya ha sido afectado por el uso y la depreciación. Si el precio de venta es superior al valor en libros (depreciado), esa diferencia se considera una ganancia en venta de activo fijo, la cual es gravable. Las autoridades fiscales monitorean esto para asegurar que las empresas paguen los impuestos correspondientes sobre sus utilidades, incluyendo aquellas derivadas de la venta de activos que ya han sido "deducidos" parcialmente a través de la depreciación.

En resumen, la depreciación anual de un auto demo es una práctica contable y fiscal indispensable que asegura que el valor del vehículo se ajuste a su realidad de uso y edad, y que la empresa cumpla con sus obligaciones tributarias al venderlo.